Si estás pensando utilizar el parche como método anticonceptivo, aquí te dejamos algunas de sus principales características, método de uso y posibles efectos secundarios para que puedas usarlo con toda seguridad y confianza.
El parche anticonceptivo es un pequeño apósito de plástico de forma cuadrada o rectangular que va adherido al cuerpo día y noche para evitar un embarazo no deseado.
¿Cómo funciona?
Libera hormonas parecidas a las que produce la mujer para evitar la ovulación, además de modificar la capa interna del útero y el moco cervical para impedir que se produzca el embarazo.
Lo puedes encontrar en cajas de tres unidades. El parche te lo deberás colocar en las primeras 24 horas tras el inicio de la menstruación y preferiblemente en una parte del cuerpo que no sean los senos. Puede ser en la parte superior del brazo o de la espalda... El parche deberá estar adherido durante una semana.
El siguiente parche se debe colocar el mismo día de la semana que colocaste el parche anterior y en un lugar del cuerpo diferente al de la primera vez.
Hay que tener en cuenta que el parche no se debe colocar en la cuarta semana para que se inicie la menstruación.
Posibles molestias y efectos secundarios
El parche es uno de los métodos anticonceptivos que menores molestias presenta, pues en la mayoría de los casos no pasan de una posible irritación en la piel, algún episodio de vómitos o mareos. Además debes saber que si usas el parche puedes tener sangrados entre las menstruaciones, pero en principio nada alarmante.
Falsos mitos
El parche anticonceptivo no disminuye el deseo sexual, ni causa fertilidad o enfermedades como el cáncer. Además, es falso que no esté recomendado para mujeres adolescentes, según afirma UNFPA México.
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