Se ha aprobado en el pleno de la cámara de Diputados la reforma de la ley general de salud para ampliar la objeción de conciencia al personal médico y de enfermería. Con estos cambios, dicho personal podrá rechazar intervenir en servicios como el aborto, siempre y cuando no sea una emergencia y no corra peligro la vida de alguna persona.
La votación se ha cerrado con 313 votos favorables, 105 en contra y 26 abstenciones. Los votos a favor han sido del PRI, PAN, PVEM, Panal y PES (fue este partido, Encuentro Social, quien presentó la iniciativa). Su diputada Norma Edith Martínez Guzmán ya había defendido propuestas contra la educación sexual (cuyos contenidos calificó de “pornografía”) y el matrimonio igualitario (defendiendo que si dos personas del mismo sexo pueden casarse, lo siguiente sería casarse con “delfines y laptops”).
Votaron en contra PRD, la mayoría de Movimiento Ciudadano y Nueva Alianza y Morena, aunque entre las 26 abstenciones se hallaban Rogerio Castro y Blandina Ramos, de Morena. Así pues, el voto de los partidos se hallaba dividido.
El dictamen establece que no podrá haber discriminación laboral por el ejercicio de la objeción de conciencia, según el comunicado de la Cámara.
La adicción de un artículo 10bis a la Ley General de Salud estipula que el personal médico y de enfermería podrá ejercer su objeción de conciencia durante cualquier programa, tratamiento u actividad contraria a su libertad de conciencia. El personal sanitario podrá alegar motivos salvo si la vida del/la paciente está en riesgo o existe urgencia médica.
Aún queda otro trámite, pues la reforma debe ser turnada al senado para ratificarse y aprobarse tras su estudio.
El principal temor de las personas que defienden los derechos sexuales y reproductivos es que la futura norma, de aprobarse, se aplicara para no realizar la interrupción legal del embarazo. Pero no es el único caso. Podrían objetar sectores radicales conservadores que están en contra de los métodos anticonceptivos. O, como apuntaba David Gerson García, diputado del PRD, incluso podría haber objeción de conciencia a la hora de donar sangre o en el trasplante de órganos. Para él, el dictamen es un retroceso a la medicina, e incluso se planteaba que hubiera pasado de aplicarse la objeción en los lamentables sucesos del sismo sucedido recientemente.
Teresa de Jesús Lizárraga Figueroa, diputada del PAN, fue quien defendió la iniciativa, alegando que no se puede obligar al personal médico a realizar actividades contrarias a sus convicciones morales.
Por parte de Nueva Alianza, Karina Sánchez Ruiz afirmó que la propuesta hacía peligrar la atención médica al basarse en “valoraciones morales subjetivas”.
Morena y PRD apuntaron que la reforma pone en riesgo a miles de mujeres y adolescentes que podrían no ser atendidas en caso de que solicitaran un aborto legal.
La diputada de Morena, Rocío Nahle denunció que representaban a millones de mujeres, niños y personas del país que “gracias al PES, no van a tener atención médica”
