El Sector de la Salud en México se está centrando en algunas enfermedades de transmisión sexual como VIH/ SIDA sin invertir apenas en otras infecciones que son más comunes en las mujeres, como la clamidia, gonorrea y la sífilis. Los varones pueden ser portadores, pero las consecuencias son más graves en las mujeres. Más del 30% de la población tiene clamidia y lo desconoce. De hecho, si no se trata a tiempo, puede producir infertilidad en las mujeres.
Las ITS están aumentando porque sigue sin hacerse uso de los métodos de barrera durante las relaciones sexuales. La falta de uso de métodos anticonceptivos también ha aumentado el número de embarazos tempranos en la adolescencia.
Diana Rosas Pineda, coordinadora médica de Marie Stopes- México declaró a Cimac Noticias que no hay una cultura de protección durante las relaciones sexuales. Manifestó también que es urgente informar sobre las ITS más comunes para detectarlas y atenderlas antes de que se conviertan en una complicación mayor. Sobre las posibles infecciones, en concreto la clamidia, afirmó que “provoca en las mujeres un tipo de flujo vaginal que no es el común al que todos los días se presenta (…), si se nota que el flujo diario cambia de color, o tiene mal olor, se debe a acudir a alguna institución para que un profesional tome una muestra y confirme el diagnóstico”. La sintomatología se presenta desde los 8 hasta los 21 días después del contagio y se combate con antibióticos orales. Sin embargo, la falta de prevención y detección temprana puede provocar enfermedad pélvica inflamatoria y las mujeres tienen que ser hospitalizadas para su tratamiento.
Otra infección de transmisión sexual es la gonorrea. Su incidencia es de un 10 a un 20% de la población y tiene consecuencias más severas. También se detecta por el flujo vaginal, que se vuelve anormalmente más amarillo y con un olor fuerte y desagradable. Las relaciones sexuales con penetración resultan dolorosas. En el caso de mujeres embarazadas, si presentan estas ITS, se puede debilitar el cuello cervical y provocarse un parto prematuro.
Ambas infecciones (clamidia y gonorrea) producen inflamación a largo plazo. Las defensas del cuello uterino se vuelven más débiles, lo que produce que, en caso de exposición al virus del papiloma humano, el contagio sea más rápido.
Por otro lado, la sífilis presenta sus síntomas iniciales en los hombres. Se detecta por el dolor o ardor al orinar. El color, olor y flujo es anormal. La confirmación requiere un análisis de sangre y el tratamiento es mediante penicilina. La Dirección General de Epidemiología de la Secretaría de Salud Federal, indicó que en 2010 se reportaban 46 nuevos casos de sífilis cada semana (son los datos más recientes). Normalmente, la pareja no sabe o no comparte que tiene este tipo de enfermedad, por lo que la infección es muy habitual. Si no se combate a tiempo, ataca al sistema nervioso y puede ocasionar daños irreversibles. En muchas ocasiones, no se detecta hasta muy avanzada la enfermedad, cuando ya existe daño neurológico tal como dolores fuertes o pérdida de movilidad en las extremidades. En el caso de mujeres embarazadas, la sífilis se transmite por la placenta directamente al feto o en el parto por el contacto con las lesiones genitales de la madre. Esto significa que el/la bebé pueda nacer con daños neurológicos también, como por ejemplo ceguera.
Por todos estos motivos, si bien la prevención y detección del VIH son muy importantes, también se debe trabajar en dotar de medios para combatir otras ITS. Así, las pruebas para detectar la sífilis no son obligatorias durante el embarazo y sí las de VIH. Diana Rosas Pineda pidió que el personal de salud ordene los análisis y pregunte a las mujeres si tuvieron alguna práctica de riesgo que les pudiera hacer contagiarse de alguna de estas ITS y destacó la necesidad del uso del preservativo incluso en relaciones estables.