México es el país de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) con más embarazos adolescentes. Según datos de esta organización, la edad media del primer embarazo desde 1970 es de 21 años. Las referencias estadísticas de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de 2012 apuntaron que del total de las mujeres de 12 a 19 años que tuvieron relaciones sexuales, la mitad (51, 9%), alguna vez había estado embarazada. La tasa de fecundidad de este grupo de edad en 2011 fue de 37 nacimientos por cada mil mujeres y va en aumento desde 2005. La mitad de las chicas entre 15 y 19 años tiene relaciones habitualmente sin protección. En esta edad se producen también uno de cada seis nuevos nacimientos, la mayoría de los cuales se producen en los estados de México, Veracruz, Puebla, Chiapas y Jalisco, según datos del INEGI (Instituto Nacional de Estadística y Geografía). Asimismo, el 50% de los casos de VIH detectados en 2013 en México afectaba a menores de 24 años, según UNAIDS, el programa de Naciones Unidas contra el virus.
Los recientes embarazos de una niña de Vicam de once años (cuyo parto duró 4 días) y de otra de nueve, han sido declarados como “violencia obstétrica” por profesionales de la salud. A esas edades el cuerpo de las niñas no estaba preparado para dar a luz.
Las políticas de salud y educación sexual son insuficientes. Las campañas de información en medios sobre métodos anticonceptivos son esporádicas y no alertan sobre las consecuencias de su falta de uso.
Lorena Cruz Sánchez, presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES) declaró recientemente: “Los embarazos en adolescentes representan ya un problema del Estado, que ha faltado a su obligación de velar por el interés superior de las niñas y las adolescentes”.
El INEGI confirmó que en 2010 fueron madres 549 niñas menores de 12 años. GIRE (Grupo de Información en Reproducción Elegida) ha denunciado la violación de los derechos humanos que esto supone, afirmando que: “Muchas niñas no saben ni qué es menstruar ni qué significa esto ni cómo pueden quedar embarazadas; hay una ignorancia fuerte en términos de la información y de la educación sexual”. Muchas de ellas habían sufrido violencia sexual y no habían elegido libremente su maternidad.
GIRE dispone de propuestas de prevención del embarazo adolescente centradas en la educación sexual que hacen énfasis en la igualdad de género y la violencia sexual. Con ellas se pretende formar a profesionales de la salud e impartidores de justicia, así como garantizar el acceso a la anticoncepción de emergencia y a la interrupción legal del embarazo para las personas que optan por el aborto.
Embarazos infantiles y adolescentes en México
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