Oaxaca, Puebla, Guerrero, Chiapas... y así hasta un interminable listado de entidades donde el embarazo infantil registra cifras récord. De hecho México es, según un reciente informe de la OCDE, el país con más casos de embarazo infantil en todo el mundo y aporta cifras:
- Cada día 30 niñas de 10 a 14 años dan a luz en México
- El 40% de las menores de 15 años sufren o han sufrido algún tipo de violencia sexual
- Cada año se producen en torno a 400.000 embarazos en jóvenes menores de edad
Pero, ¿qué es el embarazo adolescente o prematuro? Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) es un tipo de gestación prematura y de riesgo, no sólo por las posibles complicaciones durante la gestación y el parto, sino también porque muchos de esos embarazos se producen en zonas vulnerables que carecen de las condiciones médicas necesarias para evitar infecciones, lesiones y, en definitiva, abortos peligrosos.
La adolescencia es una etapa clave para el desarrollo donde se dan importantes cambios biológicos, psicológicos y sociales. De ahí que se necesite de forma urgente información y educación sexual para que el inicio de las primeras relaciones sexuales se realice con pleno conocimiento y utilizando métodos anticonceptivos para evitar un embarazo no deseado, de alto riesgo, y que pueda poner en peligro su vida.
Por lo tanto, la maternidad adolescente se considera un problema de salud pública en México, ya que por cada 1.000 adolescentes de 15 a 19 años de edad se producen 77 nacimientos.
Además, los riesgos no pasan solamente por ser un embarazo de alto riesgo, sino también porque el embarazo en la adolescencia interrumpe el desarrollo normal de las jóvenes en la escuela, en el acceso a oportunidades laborales y en su vida en todos los aspectos.
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