La comunidad homosexual estadounidense celebra su mayor avance legal en años. Una sentencia del Tribunal Supremo declara inconstitucionales las leyes de los estados que prohibían el matrimonio igualitario. Los demandantes se amparan en el artículo 14 de la Constitución, que establece que todos los ciudadanos son iguales ante la ley. Del mismo modo, tendrán que reconocer las uniones realizadas en estados donde sí podían celebrarse y los derechos derivados de las mismas. La votación en el Tribunal Supremo se ha saldado por cinco votos a favor y cuatro en contra.
La Corte se pronunciaba sobre cuatro casos planteados por 12 parejas homosexuales. Todas estas personas, salvo dos, no vieron reconocidos sus matrimonios en sus respectivos Estados o no se les permitió casarse. En el caso de James Obergefell, no le reconocieron la viudedad. Tras enterarse de la buena noticia de Washington, manifestó: “la ley ya no puede decir que yo no existo”.
Según ha declarado el juez Arthur Kennedy, exigían su derecho al matrimonio por el respeto que sienten hacia esta figura: “Su deseo es que no les condenen a vivir excluidos de una de las instituciones más antiguas de la civilización. Exigen la igualdad de derechos ante la ley”.
La batalla no sólo se ha celebrado en el interior de las instituciones, sino que en las calles eran centenares de activistas quienes clamaban por un derecho que se llevaba negando demasiado tiempo. La decisión se compara con la sentencia que en 1954 ilegalizó la segregación racial o la que reconoció en 1973 el derecho al aborto, que es libre dentro del plazo de los 3 primeros meses (a partir de ahí está permitido que los estados puedan establecer supuestos).
Los estados demandados, que seguían defendiendo el matrimonio tradicional como el constituido por “un hombre y una mujer”, eran Kentucky, Michigan, Ohio y Tennessee. Hace diez años, el matrimonio homosexual sólo era legal en un estado y hasta l*s polític*s demócratas estaban en contra. Actualmente, ya era legal en 36 estados y la Administración federal los reconocía, aunque en los estados anti-derechos no fuera así.
El presidente Obama siempre se había mostrado a favor de la diversidad sexual. Este era su mensaje en twitter, con el hashtag #LoveWins : "Hoy hemos dado un gran paso en el camino hacia la igualdad. Las parejas de gais y lesbianas ahora tienen derecho a casarse, como cualquier otro ciudadano".
Tampoco se quedó corta la candidata demócrata Hillary Clinton: "Orgullosa de celebrar una victoria histórica para el matrimonio igualitario y el coraje y determinación de colectivo LGTB americano que lo ha hecho posible".
La sentencia no entrará en vigor inmediatamente, además se otorga al demandante un plazo de tres semanas para solicitar una reconsideración. Ya ha habido manifestaciones en contra, como la del exgobernador por florida y familiar de ex-presidentes Jeb Bush. Ha criticado duramente la decisión y ha afirmado su fe en Dios y en el matrimonio tradicional, oponiéndose a que cada estado no pueda legislar libremente en este tema.
Aprovechamos para recordar otro logro para la comunidad LGTBQI, el sucedido en México. Recientemente, la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha avalado el matrimonio igualitario, respaldando los enlaces entre personas de cualquier sexo y equiparando los derechos de las/los homosexuales.