Acción Global para el aborto legal y seguro
Cuando hablamos de la legislación sobre la interrupción voluntaria de embarazo en América Latina, en general hablamos de leyes muy restrictivas contra un derecho fundamental como es la autonomía reproductiva de las mujeres y su derecho a decidir. Pero además, en muchos de los países donde es legal abortar en algún supuesto como en caso de violación, malformaciones, etc. No es posible hacerlo o es muy difícil acceder al aborto debido a los impedimentos, la falta de garantías y protocolos sanitarios que permitan a las mujeres acceder a la interrupción de un embarazo bajo los supuestos legales.
Es cierto que distintos países en América Latina han abierto recientemente importantes precedentes, como es el caso de Brasil que en 2012, aprobó la despenalización del aborto en caso de fetos sin cerebro. O la despenalización del aborto por violación en Buenos Aires, que a pesar de ser vetado un mes después ayudo a generar debate social. O recientemente en Chile, donde se ha abierto la posibilidad de legalizar el aborto para determinados supuestos.
En el caso de México, cada estado cuenta con su propio código penal sobre la práctica del aborto. En general muy restrictivos. Excepto el Distrito Federal donde las mujeres pueden abortar hasta la semana 12 de gestación, accediendo al servicio gratuito en hospitales de la Secretaría de Salud capitalina.
Por el contrario el resto de estados presentan legislaciones muy dispares. Aunque en todos ellos el aborto por violación está legalizado son escasos los estados donde existen protocolos y reglamentos para que este derecho pueda ser efectivo. Encontrándonos con que la mayoría de mujeres que legalmente podrían acceder a un aborto, en los escasos supuestos legalizados, no pueden hacerlo porque no tienen acceso a él, encontrándose múltiples impedimentos, su derecho no se hace efectivo.
En el resto de países de América latina la legislación es muy diversa aunque en general claramente restrictiva ya que el aborto solo es legal en determinados supuestos muy concretos como por ejemplo en el caso de violación o grave peligro para la madre. Sin embargo aún en estos casos, las mujeres que se encuentran dentro de estos supuestos legales tan restrictivos y deciden interrumpir su embarazo no lo pueden hacer ya que no existen mecanismos que garanticen este derecho, todo lo contrario, obstaculizan el acceso al aborto de forma que se impide a las mujeres ejercer su derecho a decidir aún estando dentro de los supuestos donde es legal.
Es por ello que América Latina se enfrenta en un futuro próximo a distintos retos para que los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres empiecen a ser una realidad en el continente.
Estos retos son:
- Aplicación y acceso a los servicios de interrupción del embarazo en los países en los que está legalizado en alguna de sus formas. Las mujeres que necesitan de estos servicios no siempre encuentran un acceso fácil. Más bien, en muchos casos, encuentran bloqueos de la administración pública a la aplicación de la legislación existente.
- Nuevas iniciativas legales fundamentalistas. En varios países se ha identificado que los sectores anti derechos están promoviendo iniciativas de ley para proteger los derechos del no nacido, como formas de bloquear la aplicación de leyes que permiten el aborto en diversas situaciones.
- Necesidad de fortalecer el carácter laico del estado. Para frenar la ofensiva fundamentalista de origen religioso se destaca la necesidad de fortalecer el carácter laico del Estado y su autonomía frente a las diversas instituciones religiosas. El estigma como un obstáculo al uso de los servicios públicos de interrupción del embarazo.
Hay mujeres que no acceden a servicios de interrupción del embarazo por motivos religiosos, políticos o morales. También los profesionales que prestan servicios se sienten estigmatizados.
- Promover la despenalización social. Importancia de cambiar el imaginario sobre el aborto pues se ha promovido la difusión de testimonios y situaciones que victimizan a las mujeres. Es necesario divulgar experiencias del aborto como experiencia liberadora.
